A OBSCURAS.
La humedad era demasiado presente para la noche solitaria Las gotas en las calles caían como alfileres crucificando indigentes Yo metido en tu cuarto, del tamaño de tu corazón Aun hipnotizado por la desnudez de tu espalda Te comía con los ojos famélicos, suspiraba Cenando pacientemente tus gestos a oscuras Tus movimientos felinos solo me acercaban más a tus labios Los gemidos podrían haber tirado las paredes Al compás bestial de respiraciones profundas Sacudimos la noche con caricias y estertores placenteros La despedimos con alcohol y cigarros Desperté en mi cuarto solo, envuelto en tu lengua.