SIN TITULO.
Caen ahora en al patio de mi casa las penurias y tristezas, formando hojarascas de dolor, el dolor es bueno, ennoblece la sangre, fortalece el corazón aunque marchite el alma lentamente. Se inunda el corredor con lagrimas de angelitos, las paredes estilan de lamentos que fantasmas estamparon con sus visitas, el caudal se hace enorme y arrastra fósforos quemados, polvo de polilla y cucarachas ahogadas. Salgo por las noches a fumar en las gradas de mi casa, pienso en los hijos que no tengo y la esposa que no quiero. Por momentos me río pensando en los besos de la noche, después me provocan melancolía, me da por no dormir. A través de la madera carcomida y enmohecida busco la respuesta de dios, nunca llega, opto por envenenarme, rasgarme la piel y romper con mis venas. Pero quiero seguir viviendo, contado cadáveres de insectos y mojándome los pies cuándo entro ebrio de regreso. *un escrito viejo que me trae recuerdos.